The Climb es una sala de boulder y rocódromo, escuela y comunidad de escaladores entre Leganés y Alcorcón. El pasado sábado, con motivo del Open Boulder, vivimos la competición a su lado en un día de primavera anticipada.

 

Ibérica en The Climb

Una de las experiencias más maravillosas de nuestro trabajo, siempre lo decimos, es poder conocer muchos rincones diferentes, cada uno con sus propias gentes y esencias. En la canción de “El Café de Nicanor”,  Joaquín Sabina pone en la boca de Nicanor los versos:

y el último disparate de Nicanor
que cuando le preguntaron
si había estado enamorado,
como es un hombre sincero
“Yo, no señor” –contestó-
Yo siempre fui camarero”.

El oficio de camarero tiene un punto de encarnación, de vivir a través de los demás. La escalada es una manera de estar en el mundo a la que uno puede asomarse conociendo a los escaladores o, claro está, acercándose a su esencia y al interior de uno mismo que vive en la montaña.

El día fue espléndido. La cerveza gustó, rodó… Esta vez, quizá por el contexto, mucho más Primitiva que Quadrivium, la cual, no obstante, encontró un gran filón entre el público centroeuropeo. Tuvimos la oportunidad de disfrutar del buen tiempo, de hablar, de compartir historias y de respirar el ambiente de la escalada, aunque poco pudimos ver de la competición.

Gracias a todos los estuvisteis, a los que formáis parte de la gran comunidad que es The Climb desde hace años. Sabéis que aunque no estemos nosotros en persona persona, nuestras botellitas fruto de nuestro cariño y nuestro arduo trabajo siempre están allí esperándoos. Y gracias a todo el equipo de The Climb, por dejarnos compartir uno de sus días grandes con ellos, desde muy dentro.