Numancia

Numancia

numancia-cerveza

Color azabache y espuma canela. Suave aroma y gusto a café gracias a los cereales tostados. Cuerpo cremoso por los copos de cebada.

Sigue la tradición de las Dry Stout, estilo emblemático de Irlanda que desciende de las Porter popularizadas entre los porteadores de Londres en el siglo XVIII.

Pale, Café, copos de cebada, cebada tostada
Fuggels
35 IBU | 96 EBC
8-10º C
Mejillones al vapor, queso asturiano Afuega’l Pitu, crema catalana de café…

Numancia interpreta como Stout la historia de la mítica ciudad celtibérica desaparecida, símbolo de vigor y resistencia frente al asedio romano. Su color azabache y las notas de café evocan la noche de vela del pueblo numantino que pone fin a su vida antes que ser apresado. Los copos de cebada y la cremosidad de su cuerpo, su descanso final.

Ingredientes: agua, malta de cebada, copos de cebada, cebada tostada, lúpulo y levadura. Puede contener sedimentos propios de la fermentación natural.

Almacénese de pie, en frío (0-18º C) y protéjase de la luz.

GASTRONOMíA

La intensidad de sabor de Numancia, sin por ello presentar una elevada graduación alcohólica, hace de ella una cerveza con una gran versatilidad de maridajes gastronómicos exquisitos.

El destacado sabor tostado que aportan los cereales la convierten en la acompañante ideal para gran variedad de quesos, sobre todo con aquellos que poseen un perfil más láctico, creando un gran contrapunto que nos recuerda al café con leche. Proponemos, por ejemplo, la combinación de Numancia con quesos asturianos como un Afuega’l Pitu, un Taramundi con nueces o un Casín.

Un tipo de maridaje diferente pero igualmente bueno es el que se produce con moluscos y bivalvos, algo muy habitual en países como Irlanda, donde sus excelentes Stouts se degustan habitualmente acompañadas de ostras, mejillones o elaboraciones culinarias con salsas de moluscos. La combinación de Numancia con unos mejillones al vapor o unas navajas a la plancha prolongan el retrogusto tras cada bocado y potencian su agradable sabor marino.

Por último, no habría que olvidar la gran cantidad de postres con los que genera grandísimos maridajes ya sea por afinidad, con aquellos de sensaciones tostadas (de café o cacao) o especiadas (como el caso del regaliz); como por contraste, con postres ácidos de frutos rojos o lácticos como tartas de queso. También puede encontrarse afinidad en la combinación con sabores que proceden del regaliz. La potencia de sabor de Numancia y su mezcla de sabores amargos y dulces la convierten en un perfecto elemento para cerrar una buena comida, sobre todo acompañada de una crema catalana con café, un coulant de chocolate o una tarta de queso y arándanos.

INTERPRETACIÓN

Esta receta hace referencia a la historia de la mítica ciudad celtibérica desaparecida, ancestralmente ubicada en el Cerro de la Muela en Garray, a pocos kilómetros de la actual ciudad de Soria.

Numancia se convirtió en símbolo de singular carácter, vigor y resistencia por su oposición al asedio de las tropas de la República de Roma, que finalmente consiguieron su objetivo bajo el mandato de Publio Cornelio Escripión Emiliano El Africano menor en el siglo II a.C. Los pueblos de la Península fueron progresivamente sometidos a Roma con los años, con la heroica resistencia de arévacos, vacceos, tittos, bellos o lusitanos.

De su papel en la historia, quedó en el castellano la expresión “resistencia numantina”, referida a la tenacidad hasta el límite, a menudo en condiciones difíciles o adversas. Los ciudadanos de Numancia, tras el crudo cerco y las prolongadas ofensivas durante más de dos décadas por parte del ejército romano, viendo su final próximo, prefirieron terminar con su vida antes que rendirse a sus conquistadores en un acto inmortalizado por la historia y la cultura. Por ejemplo, la tragedia renacentista escrita en verso en 1585 por Miguel de Cervantes titulada El cerco de Numancia.

Dicha cerveza interpreta este episodio de la historia de la ciudad celtibérica en forma de Stout, emblemático estilo de Irlanda (heredera de la cultura celta) que evoluciona de las Porter que se popularizaron entre los porteadores del puerto de Londres en el siglo XVIII. Las Stout surgieron como cervezas ‘fuertes’ con un marcado carácter y robustez. Esta singularidad se revela en el carácter y el cuerpo de la cerveza, cuyo color azabache y las notas de café evocan la noche de vela del pueblo numantino antes de su aciago final. Su descanso y el final de la ciudad, se identifican con la cremosidad y la suavidad final de Numancia, gracias al considerable porcentaje de copos de cebada en su elaboración.

ELABORACIÓN

Numancia sigue la tradición de las Stout y exhibe un suave aroma y gusto a café gracias a los cereales tostados. A pesar de sus 5% vol., posee una elevada densidad que procede de la significativa cantidad de cereales dedicada a su elaboración dado el gran porcentaje de maltas tostadas, torrefactas, copos de cebada y cebada tostada.

Sobre un holgado porcentaje de malta base Pale, otra malta y dos cereales contribuyen a crear el cuerpo de Numancia: malta Café, copos de cebada y cebada tostada. La malta Café proporciona un ligero aroma y sabor a nueces, suaves notas de café y aporta complejidad a la cerveza. La cebada tostada culmina las notas torrefactas que proporcionan los sabores y aromas del café. Finalmente, los copos de cebada aportan la cremosidad característica de su cuerpo. Todo ello, a través de dos escalones en las temperaturas de maceración equilibrados.

Numancia nace de un prolongado proceso de investigación para obtener los aromas y sabores finalmente seleccionados en el que se ha profundizado sobre la utilización de café en grano (con un tueste suave natural y bajos niveles de astringencia) de diferentes maneras: su introducción a través del macerado; la elaboración de jarabes o infusiones en alcoholes neutros… Sin embargo, finalmente Numancia no lleva café en grano y logra su perfil gracias a su agua, sus maltas, el balance de su lúpulo y su proceso de elaboración.

Las notas de café presentes tanto en el sabor como en el aroma, se juntan con las notas apagadas de chocolate y regaliz tan características de las Stout. A pesar de su cuerpo y de densidad, Numancia es una cerveza muy equilibrada con 35 IBU resultantes de una adición temprana de Fuggels durante la cocción: lúpulo de origen inglés de larga tradición, muy empleado en cervezas Ale británicas. El lúpulo ofrece un contrapunto de amargor apenas perceptible que balancea los pronunciados sabores de los cereales.

Con una espuma de color canela y una extraordinaria y suave crema en su versión embarrilada, posee una carbonatación media de 2,3 vol. CO2 procedente de la refermentación natural en botella y que encaja con el estilo: las Irish Stout suelen presentar una carbonatación entre 2,0-2,4. Por su parte, la levadura mantiene un perfil neutro durante todo el proceso y no confiere sabores marcados.

ESTILO

Las Porter pronto se convirtieron en un estilo icónico. Por entonces, en el siglo XVIII, Londres eran una gran ciudad con una población en crecimiento donde las breweries que fermentaban Porter gozaron de una gran expansión con la Revolución Industrial.

A finales del siglo XVII, como resultado de las guerras con Francia, los impuestos sobre la malta y sobre el coke usado en el proceso de malteado se incrementaron sustancialmente. El lúpulo concentraba menos gravámenes y esto llevó a que, como práctica habitual, se mezclaran cervezas más baratas de menor gravedad muy lupuladas, con cervezas de mayor densidad, dulces y más caras. Ralph Harwood del Bell Brewery Shoreditch en Londres creó una cerveza para remplazar estas mezclas llamada “Entire” que se convertiría en ejemplo de la Porter.

No hay duda de que la Porter existía ya en los 1720s. La primera referencia a esta cerveza se remonta a una carta de M. Cesar de Saussure, un visitante suizo en Londres que en 1726 se mostraba asombrado por el consumo de la bebida. Describía la Porter como “una bebida espesa y fuerte” que en exceso tenía los mismos efectos que el vino; y advertía de que la mayor parte de esta cerveza era consumida por la clase trabajadora en un número considerable de establecimientos especializados en su venta.

En aquel tiempo, muchos los de los trabajados de transporte en torno al puerto de Londres y a través de sus estrechas calles eran realizados manualmente y requerían un gran cuerpo de hombres conocidos como “porters. Después del duro trabajo, es probable que ellos constituyesen una significativa parte de la clientela de este tipo de cerveza, que pasaría a ser conocida por su nombre. Algunas historias cifran el origen, concretamente, en el grito “¡Porter!”, pronunciado con el propósito de liberar el camino de los que transportaban dichos barriles. Aunque mucho se ha escrito sobre las diferencias entre aquellas Porter con respecto a nuestra idea actual, parece que en cualquier caso eran cervezas muy estables marcadas por una significativa graduación alcohólica e intensidad del lúpulo.

Por su parte, el uso más temprano de la palabra “Stout” en clara referencia a la cerveza aparece en una carta de 1677 en el Manuscrito de Egerton hoy en el British Museum: “We will drink to your health both in stout and best wine”. Para Michael J. Lewis, estas palabras hablan de cierta equivalencia entre el mejor vino y esta cerveza; y hablan de la excelencia de la Stout.

Sobre 1733-35, una cervecera de Philadelphia ofrecía “Stout” que, presumiblemente, daba nombre a su cerveza más fuerte y también más cara. Por entonces, el término “Stout” también acompañaba a cervezas pálidas. En 1741, Truman vendía tanto su “Brown stout” como su “Pale stout”. En 1765, en tiempos de Malone y Andrews, probablemente los primeros irlandeses en fermentar Porter mucho antes de que Guinnes lo hiciera, todavía la palabra stout” era un indicador de la fuerza o intensidad de la cerveza, no de un estilo propio. Esta es la razón los maestros que adoptaban el término “Stout”, usaban a menudo “Brown stout” para distinguirlo de su variedad pálida.

Se asume que las Stout, tal y como han evolucionado hasta la actualidad, descienden por tanto de las Porter y deben su nombre al característico color y sabor de las “Stout Porter”, presumiblemente más fuertes y quizá una versión más oscura de la Porter habitual. Con el tiempo, la historia de este estilo se ligará a las grandes casas de cerveza que florecerán con su cultivo, hasta llegar a convertirse en un emblema de Irlanda.