¡Cata y visita a fábrica con Daimler!

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¡Cata y visita a fábrica con Daimler!

Nos sumergimos en la cata y la visita a la fábrica en colaboración con CCVK (cuna de Primitiva) para el grupo empresarial Daimler. Ricos y sabrosos recuerdos.

Una cata

La palabra “catar” procede del latín “captare” que significa ‘tratar de coger’ o ‘tratar de percibir por los sentidos’.  Para nosotros, el concepto de cata reside en experimentar para abrir el cuerpo y la mente a una vivencia plena. Esta plenitud se consigue de varias maneras: descubriendo por cada uno de los sentidos; haciendo a la persona consciente de su entorno a través de la atención y del aprendizaje; descubriendo nuevos universos gastronómicos; y compartiendo la experiencia de una manera humana y directa.

Por todo lo anterior, en la cata de una cerveza es fundamental:

  • conocer los ingredientes que determinan la cerveza;
  • los procesos que intervienen y producen diferencias;
  • la variedad de estilos y peculiaridades;
  • sumergirse en el ambiente de la cerveza artesana conociendo las fábricas urbanas y taprooms de nuestro siglo (y los profesionales que representan su factor humano).

Por su puesto, la cata adquiere una dimensión más cuando se introduce la noción de maridaje o la combinación de la cerveza con nuestra gastronomía. Los maridajes nos hacen descubrir sabores y combinaciones que nos resultan sorprendentes, desconocidas e impredecibles. Y, al mismo tiempo y lo que es más importante, dotan de contexto a una cerveza. Toda cerveza, entendida como una expresión singular del arte de la elaboración, posee una circunstancia en la que se vuelve ideal y exquisita.

Cata junto a CCVK

cata-cerveza-artesanaPrimitiva, nuestra cerveza próxima a las Golden Ale con un vivo aroma frutal y floral y un fondo equilibrado, tuvo el honor de abrir la cata en compañía de una tosta de pan de trigo con sardina escabechada en vinagre de la propia cerveza, sobre una cama de manzana, rúcula y cebolla morada; rematada con pepinillo agridulce y vinagre balsámico de módena. Una tapa muy elaborada con una mezcla de sabores intensos que se combinan de manera orgánica para pronunciar los toques marinos, ácidos y dulces. Primitiva sirve como un condimento refrescante del plato: las notas de los lúpulos de aroma se suman a la intensidad del plato y el cuerpo evita la fatiga de sabores a la vez que refresca el bocado.

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La segunda cerveza elegida fue la cerveza de trigo de CCVK: su Tr Kahs, siguiendo el estilo de las Witbier. El maridaje en esta ocasión era una rodaja de tomate con una salsa de queso de cabra, puntos de tapenade o paté de aceituna verde con anchoa, un chorro de aceite de oliva virgen extra y un remate de especias seleccionadas para la ocasión. La cerveza de trigo sirve para “limpiar” el punto graso del plato y se une a los sabores del paté de aceituna y el queso de cabra aportando un contrapunto refrescante.

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La tercera cerveza era Quadrivium: Quadrupel elaborada siguiendo la tradición de cervezas belgas de abadía (sin azúcares añadidos) con vainilla en rama macerada en bourbon y notas de roble francés en fermentación y maduración. Claro está, con su tradicional maridaje estrella: queso azul de Valdeón en compañía de picos artesanos. Una vez más, las notas fúngicas del queso se ven complementadas y amortiguadas por las notas de madera y el punto dulce del denso cuerpo, consiguiendo un maridaje exquisito. En estas ocasiones, Quadrivium se convierte en una especie de brebaje mágico para comer todo el queso azul que se quiera.

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La cata terminó con la Dark Sidekahs, la Stout de CCVK: una rica cerveza que causó gran impacto, pues poca gente estaba acostumbrada a reconocer notas de café al lado de los sabores propios de la cerveza. Tampoco imaginaban un postre como maridaje: brownie de chocolate con sirope de café. Una combinación segura en la que el sabor del chocolate juega con los sabores dulces del cuerpo, y el café se une a estos sabores al tiempo que resalta de forma muy viva con el sirope.

La fábrica y sus grifos

Tras las cervezas y la comida, la experiencia concluyó con una visita por los equipos y el proceso de elaboración de la mano de Daniel de Julían, maestro cervecero de CCVK. Prácticamente todo el grupo, puso luego broche a la noche probando alguna cerveza más de los grifos de la fábrica con el ambiente del taproom que caracteriza a este rincón de Vallecas dedicado a la cerveza artesana.

Una vez más, gracias a todos los que formasteis parte de la experiencia y esperamos que os fuerais con una idea más amplia de la cerveza, su encaje en la gastronomía… y con el mejor sabor de boca.